9/11/08



"Mientras los niños son pequeños, el padre y la madre no pueden dejar de desar la felicidad de sus hijos y darían la vida por ellos.
Pero después es como si todo adquiriera un equilibrio normal, donde el cálculo, la correspondencia y el interés desempeñasen un papel decisivo."
¿Dónde
se toma
en serio nuestra exigencia
de felicidad?

¿Cómo alcanzaremos la certeza y la seguridad que vencen el pánico y el miedo, de modo que la vida se pueda percibir verdaderamente como un camino hacia el cumplimiento e nuestra libertad, un camino a la felicidad?

No hay nadie a nuestro alrededor que tome en serio nuestra vida como exigencia de felicidad; ¡ni siquiera nosotros mismos!
Tenemos a nuestros cantautores, rock o heavy metal; nuestros profesores de filosofía; nuestros compañeros del bar o de la calle.

"De quien no esté dispuesto a compartir contigo el destino no deberías aceptar ni siquiera un cigarro".
C. Pavese

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